Con los platos abiertos...

Galletas tapa té

Estas galletas originarias de Holanda, cruzaron la frontera de la popularidad hasta llegar a Indonesia, donde con motivo de la Navidad, única fecha en la que salen a la venta, son vorazmente consumidas.

De tamaño redondo y más grande que pequeñas, hacen las delicias de los niños, de los que ya no lo son tanto y los que ignoraban que el té, tiene su propia tapa comestible.

Como ya se insinúa, la misión de esta galleta es tapar la boca de la taza.

Mientras esperamos a que el té, tome asiento en las paredes de la cerámica, la galleta, tapa el sahumerio hervido al mismo tiempo que se va derritiendo con el calor del agua y así, termina por mezclarse un ingrediente con otro: Su canelita, la vainillita, la mielcita…

Haberlas, las hay  de muchos sabores, aunque de una sola forma, redondas como monedas gigantes, aunque yo prefiero decir que son galletones como hombres altos.

Envueltas en papel celofán, preferentemente transparente, podemos encontrarlas en tiendas de delicatessen.

Esta dulzura con cobertura de obleas, invita al descanso con merienda en una tarde de invierno, dulce propio para la espera de Papa Noel.

Aquí, más entrados en el Atlántico, la noche de Reyes invitamos a los camellos con afrecho, alfalfa y un balde con agua, en cambio los del país color naranja, se pasándose las horas haciendo exquisiteces.

María del Mar Benítez