Las Ciudades Invisibles

Foto: El blog de Oscar Estrada
Este es nuestro rinconcito de mundo, nuestro espacio virtual donde el navegar por mundos conocidos o desconocidos, es una obligación. Hoy les damos una oportunidad para completar nuestro diario de viajes,nuestra ruta imaginaria y visitar, conocer, encotrar y descubrir.
Nuestra intención es reunir cuentos viajeros en un lugar virtual donde compartir sensaciones, emociones , deseos y sueños.
Pueden enviarnos sus relatos, ficticios o no a nuestro correo electronico: elsecreter@hotmail.es
Para inaugurar esta sección compartiremos con todos los secreteros /as un extracto del libro que da titulo e inspiración a esta nueva sección: Las ciudades invisibles de Italo Calvino.
Esperamos vuestros textos y deseamos que pronto esta comunidad de viajeros recorran miles de kilometros en nuestra nave.

Feliz Viaje.
"-¿Avanzas con la cabeza siempre vuelta hacia atrás? --o bien:--¿Lo que ves está siempre a tus espaldas? --o mejor:-- ¿ Tu viaje se desarrolla sólo en el pasado?.

Todo para que Marco Polo pudiese explicar o imaginar que explicaba o que Kublai
hubiese imaginado que explicaba o conseguir por último explicarse a sí mismo que aquello que buscaba era siempre algo que estaba delante de él, y aunque se tratara del pasado era un pasado que cambiaba a medida que él avanzaba en su viaje, porque el pasado del viajero cambia según el itinerario cumplido, no digamos ya el pasado próximo al que cada día que pasa añade un día, sino el pasado más remoto. Al llegar a cada nueva ciudad el viajero encuentra un pasado suyo que ya no sabía que tenía: la extrañeza de lo que no eres o no posees más te espera al paso en los lugares extraños y no poseídos.
Marco entra en una ciudad; ve a alguien vivir en una plaza una vida o un instante que podrían ser suyos; en el lugar de aquel hombre ahora hubiera podido estar él si se hubiese detenido en el tiempo tanto tiempo antes, o bien si tanto tiempo antes, en una encrucijada, en vez de tomar por una calle hubiese tomado por la opuesta y después de una larga vuelta hubiese ido a encontrarse en el lugar de aquel hombre en aquella plaza. En adelante, de aquel pasado suyo verdadero e hipotético, él está excluido; no puede detenerse; debe continuar hasta otra ciudad donde lo espera otro pasado suyo, o algo que quizá había sido un posible futuro y ahora es el presente de algún otro. Los futuros no realizados son sólo ramas del pasado: ramas secas.--¿Viajas para revivir tu pasado? --era en ese momento la pregunta del Kan, que podía también formularse así: ¿Viajas para encontrar tu futuro?
Y la respuesta de Marco:
--El allá es un espejo en negativo. El viajero reconoce lo poco que es suyo al descubrir
lo mucho que no ha tenido y no tendrá."

La imaginación es la fuente de energía mas completa e inagotable que posee el ser humano de Marcos Machín


Dibujo: Daniel Gilbert 2009

Hola, soy Mona. La neurona molona. Soy una de las pocas neuronas que habito por aquí. Estoy literalmente en la cabeza del autor de este relato. Concretamente en el cerebro. Es algo pequeño, pero acogedor.


Por cierto, para los que no sepan cómo es una neurona, soy más o menos como un asterisco, pero con los pelos largos.
Mi dueño me ha enviado “a trabajar” directamente al ático. Le llama Rincón Útil. Un enorme cuarto con miles, millones de estanterías llenas de libros. De miles, no, millones de colores, colores que no existen en la vida real. Como el Violerillo, violeta con amarillo. El Negrojo, rojo con Negro. Muchísimos colores de los que ni habéis oído hablar.
Los libros que hay en éste ático son de miles, no, millones de formas diferentes. Algunos con formas esféricas. ¿Habéis visto algún libro con forma de boliche? Otros con forma de animales, otros con forma de jarrón, de plantas, Incluso hay uno con forma de cangrejo.
Puedo deciros un secreto. Los hay incluso parlanchines. Shhhhhhhhh.No puedo decirlo muy alto. Si, libros que hablan y caminan a su antojo por el ático.
Si me acompañáis al ático lo podréis ver por vosotros mismos. Pero tenéis que estar muy, pero que muy calladitos. Porque el autor en estos momentos está durmiendo y si los libros se alborotan el jaleo puede despertarle. Su cerebro no está acostumbrado a tener mucha actividad y, podemos provocarle un dolor de cabeza.
Venid, venid, tan solo hay que subir esta pequeña escalera del final del pasillo.
Ah, se me olvidaba. Tenéis que quitaros los zapatos para no hacer ruido. Veréis que en la estantería junto a la puerta del ático hay unas babuchas de chicle. Buscad vuestro número y pa´dentro.
Notareis que los pies al principio se os pegan un poco al suelo, pero después te acostumbras. Es como si pesaran unos mil kilos más. Se os pasará.
La pequeña neurona sube lentamente la escalera, de dos peldaños de madera antaño dura y pulida, ahora algo desgastada, pero aun resistente. Se calza las babuchas del número de su tamaño, de chiche sabor a frambuesa.
Ah si, se me olvidó deciros que las babuchas son de distintos sabores. Y cuidado, porque si cogéis las babuchas sabor de cola podéis sentir algo de cosquillas. Debéis agitar los pies con fuerza en el aire para se valla el gas antes de entrar. El último que se las puso se casi muere de un ataque de risa mientras leía “El Libro de las lágrimas”. Es un libro muy triste.
La neurona empuja las paredes de la masa gris con fuerza y, se abre un enorme espacio vacío que ocupa gran parte de la masa gris del autor de este relato. Un espacio muy luminoso y de suelo casi brillante. Como una especie de Parquet. Y de espacio infinito por todas partes. El techo no se vislumbraba.
Que no os asuste el eco. En realidad si esperáis un poco justo en el centro de este espacio, aparecerán los libros e historias más increíbles que hayáis vivido o leído nunca.
Lo veis, ahí están. Van apareciendo las estanterías. Son enormes ¿verdad?. Y mirad. Los libros. ¿Los veis?
Pasillos y pasillos de estanterías que se perdían en el infinito.
Oh, cuanto tiempo. Ese libro me encanta, “el caballo jorobado”. Y mirad allá en el fondo, ese con forma de lágrima. Es una historia muy triste. La historia de Henda, la princesa que no podía dejar de llorar. Se pasaba los días y sus noches llorando sin saber porqué.
Oh… y ese, lo habéis visto. Es muy rápido. La vida de Pate el avestruz. Y ese, con forma de colibrí. Polo, el único Colibrí cojo de la historia. Os habéis fijado en sus colores. Ya os dije que aquí había colores que nunca veréis por allá fuera.
Pero a mí el que más me gusta es aquel de allá arriba. ¿Lo veis?, ¿con forma de botella? Concentraos y bajará a buscaros.
Eso es, ya está aquí un poco más, solo un poco más. ¡Bien hecho! Lo tengo. Esta es la historia de Gerardo, el hombre que vive en una botella de cristal. ¿Lo veis ahí dentro?
Pero lo mejor es leer cómo y porqué ha acabado viviendo en esta botella.
Oh, Oh. Creo que el autor se está despertando. Tenéis que estar en silencio. Muy, muy calladitos.
Shhhh. Nos quedaremos por aquí. La historia de Gerardo es una historia maravillosa, de cómo una persona se debe contentar con lo que tiene y no desear lo que no puede controlar. Pero no os preocupéis, la leeremos. Tan solo tenemos que esperar a que el autor vuelva a soñar…
Un saludo el autor.

En la vida como en los sueños, cualquier pequeño e insignificante momento tiene siempre dos visiones. He querido trasladarme a cualquier momento de una vida, visto desde dos puntos de vista. La hija y la madre. Cerrad los ojos y a viajar... 
Mariposas en el estomago, cientos de patitas diminutas que lo pisotean y la sensación de no poder hablar a medida que me acercaba. Las hojas secas chisporroteaban bajo mis pies guiándome justo hasta la puerta. Quien se atreviera a venir se vería saludado por un enorme portón. Difunto diría yo que era el aspecto del jardín,  con un columpio que me lanzaba al rostro su pasado. Pero yo quería ir al futuro, así que cerré los ojos fotografié la casa y la imprimí en mi mente. Dos enormes ventanales en la primera planta a cada lado de un balcón enorme con unas puertas cristaleras blancas. Iban a necesitar un buen lavado de cara. Fue un paseo virtual, subí la escalera, el olor a rosas me rodeó. Rosas en cada uno de los jarrones del recibidor. Luz que llegaba de todas partes y me mostraban la escalera. Un pasamano astillado, se convirtió en una maravillosa escalera de color miel, reluciente. Los escalones con bordes desgastados, muy estropeados se convirtieron en mármol blanco.
Los milagros existen y el sonido de los cientos, no, miles de pájaros que había en el jardín se mezclaron con la brisa fresca en mi paladar. Ahora la casa estaba reluciente, de un color azul plomo con ventanas y puertas cristaleras blancas.  Todo era césped verde intenso y geranios y florecillas silvestres por todas partes.
El columpio de colores vivos, se mecía a sí mismo como si quisiera marcar el paso del tiempo segundo a segundo.

Llegamos a la puerta de la casa. Una casa muy vieja, y sucia. El jardín olía a basura, y había muchos bichos. Hice lo que pude por acercarme al columpio quitando la hierba seca con mis manos, pero estaba también sucio y estropeado. Parecía roto, hacía un ruido muy raro. Toqué el asiento y estaba frío y mojado. Chupé mi dedo y no sabía mal, era como los flanes de mamá. Miré hacia arriba, vi un balcón grande. Le pregunté a mamá si íbamos a vivir aquí. Estaba asustada. “No me gusta” le dije. Yo no vi a los pájaros pero había muchos porque hacían mucho ruido. Mis calcetines se estaban llenando de porquería de caminar por allí. La casa tenía muchas ventanas, grandes y pequeñas. Había Ventanas blancas con cristales sucios, una estaba rota. Corrí al lado de mamá y le di la mano. Encima de la puerta había un balcón muy grande. Había muchos árboles al lado de la casa. Muchos muchos muchos árboles. Miré a mamá y tenía los ojos cerrados y estaba contenta.
-         - ¿Estás contenta mamá?
-        -  Sí. Cierra los ojos para que veas cómo cambia la casa.
Yo cerré los ojos y los abrí pero la casa era la misma. Puaj, la misma casa. 
 
 Marcos Machín

2 comentarios:

  1. Sin duda, bien elegido para inagurar esta sección.

    Quedo reflexionando sobre el "espejo en negativo"...
    shhhhhhh

    Os escribiré pronto.

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  2. Gracias!! esperamos tu relato. No te creas que te escapas :)

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