la noche que envuelve

La noche. Mágico escenario donde todo parece lo que no es, pero se siente como queremos. La noche. Mágico telón donde lo bello es efímero y donde las luces de las farolas, nos evocan escenas sacadas de cualquier novela de otros tiempos. En ese envoltorio mágico, la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, celebro la noche de una de las calles mas memorables de la ciudad: Triana.
Lujo, luces, tacones, brillos, bullicio, música, pero sobre todo: Noche. 
Desde hace algún tiempo, las grandes ciudades tienen su noche en blanco, alternativa muy adecuada para seguir disfrutando de lo que nos fascina , embarga y sobrecoge de día. La noche todo lo muta, todo lo embellece, lo alumbra con un velo distinto, largo y efímero.
Triana estaba llena de gente, ruido, música y glamour. Ese que me falta, pero que poco me importaba tener, ante tanto arte, tanto despliegue de cosmopolitismo. Esas callejuelas que nutren a Triana de ese halo de vanguardia, moda, trangresión y arte. Eso, arte, arte en cada esquina, cada conversación. Libros que se mezclan con tapas y vino evocador; perfumes que se mezclan con muebles resistentes al paso del tiempo. Arte, mucho arte. Fiesta, música y por encima de todo, rodeado de flores, acompañado por  quienes lo han leído, estudiado, admirado , él, D. Benito Pérez Galdós. En su cumpleaños, la ciudad que lo vió nacer,  partir y encumbrarse como uno de los grandes de la literatura española, le celebraba su fiesta, con arte, mucho arte.
Good night Triana, hasta el próximo año.