miércoles, 24 de febrero de 2016

Estado puro

  

PRIMER  NACIMIENTO


Y ASÍ FUE el comienzo. Nada importante
para nadie, ni para mí misma. Era
como un gajo  más del árbol. Un brote
previsto y esperado. Como un cielo
más cumplido bajo los astros, igual
a como se cumplen en ellos mismos. 
Eso era todo. Yo sólo añadía
un eslabón más a la cadena del tiempo, 
claramente definido
y exacto entre todos formando fila
donde la vida podía fijar
palabras de amor y odio. Un punto más 
para lanzar su alegría o su furia. 
Ahora tenía que esperar, paciente, 
la hora fijada para la cita. 
Acudirían  todos los problemas 
nunca descifrados por adivinos. 
Ninguna discusión podía ser
 planeada mas allá de tan extraña 
nebulosa, donde  se entrelazaban
mezclando ideas  y confundiéndolas. 
Tenía que esperar. Se cumpliría
sin obstáculos la predestinación
escrita mas allá  de los espacios, 
de negación ulterior o presente. 
Estaba ya estrechada por los brazos
de un ángel , dueño de mi vida toda .
                              

                                                           Perteneciente Árbol de Espacio (1998)


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