martes, 21 de agosto de 2012

Y el Secreter es para…

           Vacaciones en el mar

Ésta es otra de esas películas, a las que nunca le hice caso.
Isabel Coixet, nunca me llamó la atención. Me castigarán por ello, pero es la verdad.
Ésta vez decidí quedarme en casa para ver “La vida secreta de las palabras” y tengo que decir, que entiendo perfectamente que se enfaden conmigo. ¡Cómo pude equivocarme tanto!
En un principio, esta historia se estaba pareciendo a otro film al que adoro “La vida soñada de los ángeles” película de la que ya he hablado y que sigue siendo, la película de mi vida hasta que aparezca otra que me robe el corazón.
Hana, una joven de la Europa del Este, vive como refugiada de guerra en Dinamarca.
Con sus traumas, su silencio y su dieta a base de: Arroz, pollo y manzanas, comenzó éste personaje, a conquistarme. Definitivamente, me enganchó. ¡Qué papel más hermoso!
Cuando el espectador descubre, que es sorda y que utiliza el sonotone a su antojo, me pareció uno de los mejores mensajes a descubrir.
Que no le interesaba oír lo que los demás decían, lo bajaba. Que sí le apetecía escuchar, lo subía. Puede parecer una tontería pero… ¿no les parece que eso lo hacemos todos sin necesidad de utilizar una prótesis artificial?...
Ésta protagonista y yo, tenemos dos cosas en común. La primera, que somos la clase de persona que nos gusta que nos dejen en paz, y la segunda, que jamás se había cogido una baja laboral.
En su lugar de trabajo, le aconsejaron que se fuera de vacaciones, que descansara y que tuviera una vida como los demás. Y eso hizo.
Lo que para muchos sería, tiempo para el reposo, para ella fue una ventan abierta al mundo. Nosotros nos iríamos de vacaciones al Caribe, ella se fue a una plataforma para extraer gas. Vamos, lo que conocemos como unas vacaciones totalmente atípicas.
Allí, rodeada de 7 hombres, cada uno con sus paranoias, encajó a la primera.
Si tuviera que elegir a uno de aquellos 7 “enanitos” sería, el oceanógrafo.
No tiene mucho diálogo, pero el poco que le dieron, es matador. Decía cosas como que, "su trabajo consistía en llevar la cuenta de las olas que chocaban contra la plataforma "¿no les parece ideal? Un hombre que lleva las matemáticas de forma poética. La historia me crecía por dentro.
Aquel mastodonte en medio de la masa de agua, era como un patio de colegio. Una pequeña ciudad. Un barrio de trabajadores, incluso podrían ser vecinos de un mismo edificio.
Isabel Coixet, nos cuenta una tremenda historia de amor, con una base muy dura, que termina por metamorfosearse, en un dulce de mango.
El muchacho de la película, el prota masculino, está interpretado por Tim Robin, que yo estoy casi segura que fue este el mayor de los motivos por el que deseché la idea de sentarme frente al televisor.
No me molaba mucho este actor. Siempre con papeles a medio guisar, medio tonto y…no sé, que no me gustaba el hombre, hasta que lo descubrí descifrando este pedazo de papel.
Ciego hasta dolerle los ojos, se pasó tres meses empotrado en la cama, sin más visión que la que le daba su enfermera, Hana, a través de sus palabras.
¡Cómo me aprisionó el Robin! Yo si que estaba ciega al no reconocer el trabajo de este señor. A partir de ahora, ya me tiene como su fan número uno.
Para terminar, paso a escribir ¡Textualmente! el último texto que es interpretado por los dos personajes protagonistas.

Ella: "No puedo irme contigo por que tengo miedo de que un día, empiece a llorar y llorar, y no pueda parar, hasta que la habitación se llene de lágrimas y me ahogue, y no pueda respirar y nos ahoguemos juntos."

El: "Aprenderé a nadar".
A mí, con la experiencia que tengo y los años vividos, viene un hombre y me dice esa frase… ¡me tiene para toda la vida!
Es por ello, que el Secreter de Oro a la mejor interpretación masculina, se la vamos a dar al actor norteamericano, Tim Robin, por haber conseguido cambiar su registro habitual, con personajes que le han hecho flaco favor. (Esto esta dicho según mi modesta opinión) La que se refiere a esta película es ¡impecable! Además de tener el agravante, de que prácticamente se pasa toda la película encamado, lo cual dificultaba aun más su trabajo.
¡Qué peliculón y que interpretaciones más conseguida! De veras, de verdad de la buena, hay que felicitar a todo el equipo.
Después de haber visto “La vida secreta de las palabras” entiendo que fue lo que vio la Sarandon, cuan se casó con él.
A Isabel Coixet lo que le tengo que dar, son mis más sinceras disculpas.

Mar Benítez 

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