sábado, 8 de octubre de 2011

En la punta de la lengua...

“Clíper” y no me refiero tan solo al de fresa

Para mí el clíper, siempre había sido tan solo un refresco que acompañaba al bocadillo en las meriendas de la infancia.
Nunca me pregunté por qué en la etiqueta que vestía el cuerpo de la botella, había como logotipo un buque insignia de grandes dimensiones.
¿Por qué un barco como distintivo de un refresco?

Que se sepa, por estas islas la última vez que pasó un navío de esas características, fue cuando Colón se aventuró a decir que por aquí se iba a las Indias.

La palabra Clípper, proviene del sustantivo inglés clip, palabra informal que indica velocidad.
También se le llamó clíperes al canto de los cisnes.
En el siglo XIX, los escoceses se pusieron las pilas y rompieron sus cabezas, queriendo construir un barco que fuese el más rápido entre los rápidos. Y lo consiguieron bautizándolos como clíperes.

Estos, venían cargados de té navegando por el Océano Pacifico hasta Gran Bretaña.
Pero la apertura del Canal de Suez en 1869, hizo que los clíperes, fueron jubilados prematuramente.
Para no quemarlos o dejar que se pudrieran, pasaron a ser museos flotantes entre el 1922 hasta el 2007.
Otra forma de utilizar esta palabra, extraña para unos y tan familiar para otros, Clíper también se utiliza como lenguaje de programación en bases de datos.
Y ya por último, además de ser la definición que más familiar se me hace, el clíper canario o si se prefiere el refresco de las islas, comenzó a colarse en los hogares isleños en el año 1956.
Es exclusivo de Gran Canaria, aunque su venta está abierta a todo el archipiélago.
Los fabricantes de esta nueva bebida, decidieron que era mucho mejor fabricarlo en la propia isla, ya que las cuentas no les cuadraban.
Resultaba más costoso traer el agua gasificada por Barco (hete aquí el motivo de la elección del logotipo de este nuestro refresco más canarión) que hacerlo en casa.
Hasta la fecha, el de fresa sigue siendo el más vendido. Ni los nuevos sabores tropicales han podido sustituir al baso de clíper de fresa, que tan eficaz resulta para hacer mucho más ligera la digestión, de un buen bocadillo de chorizo de Teror, convenientemente untado en un crujiente pan de puño.
Que me supo cristiano…

María del Mar Benítez

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