La Caridad de Cuba.Cuando uno acude a una actuación de artistas cubanos (hay que admitirlo) uno entra a ver la función condicionado. Damos por hecho que lo vamos a pasar muy bien. Que nos vamos a morir de la risa y que con toda seguridad, la actuación será una fiesta cubana. Estamos preparados para una buena salsa. Nos sentamos en la butaca predispuestos a bailar un danzón.
Con Caridad Rodríguez, lo que nos vamos a encontrar es algo más que un meneo de caderas. Que haberlo lo hay, pero también nos da otra visión de las leyendas orales de Cuba.“El camaleón era un animal triste, cenizo”… La mezquindad de las personas.
A través de Doña miseria ó tía miseria, Caridad nos habla de la infelicidad del planeta. Del que ni mira, ni ayuda. Del quitate tú pa ponerme yo. Del dolor humano y sus consecuencias.
Nos traspasa las fábulas de su tierra, envuelta en unos vestidos llamados “Bubus” que vienen a ser algo así como túnicas de lo más coloristas, fluidas y tan volátiles como las historias, que traspasan la frontera en su boca, como fruta de mango.
Mar Benítez
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