viernes, 20 de abril de 2012

¡Tantos tópicos tontos! ya lo creo....


Hasta el propio título del libro envuelve la gran ironía desde la que está escrito este ensayo ejemplar. Cada día que pasa, el lenguaje vulgar no sólo impacta en el raciocinio de la gente corriente. Afecta al público, en general, sin distinciones. ¿O debemos expresarnos con corrección política, y decir el «respetable público»? Las sociedades posmodernas llevan tiempo igualándose por lo bajo, aunque a una velocidad de vértigo. Las tareas de la educación y la cultura exigen mucho dinero y mucha subvención, pero hablar de calidad y de excelencia en estos ámbitos suena a cosa antigua, rancia, reaccionaria.


 

Aurelio Arteta

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