miércoles, 2 de mayo de 2012

Y El Secreter es para....

Historias de la radio, historias comunes.
Llevaba tiempo, mucho tiempo, mirando la lista de las películas, sobre las que ya había mencionado, y por supuesto, no crean que no he caído en mi error. Españolas, no he mencionado ¡ni una!
Espero que hoy pueda enmendar esta falta, mencionando una película que para mí ha sido todo un descubrimiento y un placer para los sentidos.
Historias de la radio

Tres relatos cortos, basados en concursos radiofónicos.
Todas ellas están enlazadas a través de los locutores de dichos concursos: Paco Rabal, Juanjo Menéndez y Bobby Deglné.

José Luis Sáenz de Heredia, empezó a escribir estas historias en un restaurante. En un principio eran 5 historias, pero lo dejó en tres, y créanme, hizo bien.
Toda la trama, ocurrió en los años 50, en la misma época en que se rodó.
Personajes de pocos recursos económicos, donde prima cumplir un sueño. Pero claro, para cumplirlos, hace falta dinero. En eso, las cosas no han cambiado mucho.
Parece que la misión de este largometraje, sea el querer recuperar la fe en el ser humano, hasta conseguir que el pudiente y el desgraciado hagan las paces.
He leído varios artículos donde a las diferentes historias, las llaman viñetas. Yo no lo haré, pero no por infravalorar el significado de viñetas, simplemente es que a mi, no me lo parecen, prefiero decir que son tres relatos cortos.
Esa es la sensación que tuve cuando me acomodé para verlas. Me sentí como si estuviera en una sesión de cuenta cuentos.

1º) Dos inventores.
José Isbert y Bobby Deglane
El primero Pepe Isbert y su compañero de correrías José Orjas. Necesitan urgentemente las tres mil pesetas que Bobby Deglané (locutor chileno que interviene en el concurso) Reclama a través de las ondas, que al primero que se presente en el estudio de radio, disfrazado de esquimal, con sus correspondientes accesorios (un perro esquimal y un trineo) Será el ganador del preciado premio. ¿Y cuál de los dos científicos cruzará todo Madrid con esa guisa? Pepe Isbert, como no.
Entre medias, aparece Tony Leblanc, que aunque de una forma casi fugaz, juega un papel decisivo en la carrera, por llegar lo antes posible a la radio.
Aquí lo dejo, no digo más. Ya les he puesto el caramelo en la boca.

2º) Un ladrón inexperto, que roba a su jefe.
Ángel de Andrés (ladrón) Juan Calvo (víctima).
Cuando el inexperto ladrón, entró en la casa del rico, sonó el teléfono y el muy flojo, contesta.
-¿Quién es?
-Somos de la radio señor. Le llamamos porque ha sido usted el agraciado para participar en nuestro concurso. Díganos por favor ¿cuál es su nombre?
El hombre aturdido por la sorpresa, aprovechando que tenía delante de sus narices un papel con el nombre de su víctima, y es el nombre de éste el que utiliza para poder participar en el concurso, comenzando aquí el enredo de la segunda historia.
Con la venia del sacerdote del barrio, la cosa se fue orientando por el buen camino. Digamos que el cura, con una bonita paradoja, hizo que los dos enemigos, se hicieran amigos.

Alberto Romea y Juanjo Menéndez
3º) Un niño que necesita ser operado.
El niño, interpretado por Carlos Acevedo y su salvador, Alberto Romera, que hace del portentoso profesor Don Anselmo.
El pequeño padece una enfermedad que solo es posible curar en el extranjero. ¡Hace falta dinero para eso!
El maestro de escuela, aunque mayor, se presta para ir al concurso radiofónico, y así, conseguir el dineral, para que el niño y su madre puedan viajar a Suiza, donde existe el remedio para los males de esta pequeña y desahuciada familia.
A todo esto, que cuando el profesor viaja hasta Madrid desde una aldea allá en lo más lejos de la civilización, el pueblo se junta en masa alrededor de una vieja radio, con el mismo ambiente que se estila en las finales futboleras. Todo el mundo pendiente de las respuestas que Don Anselmo daba en el concurso.
Heredia, hasta se permitió el lujo, de hacer dos guiños solapados. Uno a la guardia civil y el otro a la iglesia. Simpáticos los dos, para que nadie se ofendiera.

Lo tengo claro. Las tres historias, aunque lejos en el tiempo, me parecen hermosas y dignas de mención.
Pero si tuviera que quedarme con una, cosa que haré, me quedo con la a ventura de los científicos locos.
En esta ocasión, daremos El Secreter de oro, a la mejor interpretación masculina a dos grandísimos actores españoles: Pepe Isbert y José Orjas. Aun siendo la primera de las tres, es la que más retengo en mi memoria. Y como no, una mención de honor a Tony Lebanc, que desde el taxista de Mujeres al borde de un ataque de nervios”, Guillermo Montesinos,  no se ha conocido, otro chofer con tanta guasa.
No dejaré estas historias a medias, sin que se me olvide mencionar que, como canción ¡madre mía que buena y bien interpretada! Daremos otro Secreter de oro al Cuarteto Donostiarra Xey, por la canción “Oh, Pepita”. Basta con oírla una vez para que me entiendan.
No digo más, solo espero seguir con esta buena racha de cine de calidad con el que me estoy encontrando últimamente.


Mar Benítez


Los Xey con la canción Oh Pepita 

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