martes, 10 de diciembre de 2013

Madiba, África.

Una vez, oí en un funeral que los que nos habíamos quedado en la otra parte, en la otra parte de la linea, es decir, los vivos, teníamos que estar felices de haber conocido y compartido vida y momentos con el finado. Aquella frase, aquel pensamiento, se me quedó clavado y desde entonces, me he planteado muchisimas cosas partiendo de esa premisa: ¡Qué suerte he tenido!
Cuando una figura mundial como lo es,  hablo en presente, Nelson Mandela muere, el mundo entero se siente huérfano.
Cuando una figura mundial como Nelson Mandela muere, el mundo entero se pregunta si tendremos la capacidad de esperar a otro luchador, inconformista y creyente del hombre, como él.
Pero después de tantas dudas, recuerdo la frase de aquel sacerdote y una leve sonrisa se escapa de mi boca. Que suerte he tenido de conocer su legado, de verlo vivo, saber de su obra y aprender de él.
Las generaciones futuras lo verán en los libros de historia, pero nosotros hemos sentido su lucha y su muerte.
Gracias por todo. Descansa en paz...has trabajado mucho, Madiba.


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