lunes, 18 de junio de 2012

Con los platos abiertos ...

Cochafisco
Con dudas en la cabeza, me embauco en la tarea de buscar en internet, alguna información que  se me pudiera escapar, sobre el “Cochafisco”. Alguna cosilla que pudiera incluir en el plato abierto de hoy. Para mi sorpresa, no fue así. Hay fotos, hay recetas, hay casi de todo. Y ese casi que falta, con el permiso de los que hayan masticado el grano de millo, salado, aceitoso y crujiente, se lo voy a poner yo.

“El Cochafisco” es otro de los regalos de mi memoria infantil, que ya empiezo a sospechar, están siendo muchos.
Más que una merienda, o un aperitivo, era una fiesta.
Recuerdo que la primera vez que lo comí, era muy pequeña, pero muy chica. Debía tener unos cuatro años.
A mi hermana y a mi, nos invitaron a una descamisada de piñas. ¿Descamisada de piñas?...

 1º) Descamisada es sencillamente eso, quitarle las camisas a las piñas. Arrancarles las hojas de cuajo. Dejar el carozo desnudo. A pelo. Sin abrigo para el invierno.

2º) Piña. Mazorca de maíz. La piña del potaje, por la que nos peleábamos a ver a quien iba a tener la suerte de ser premiada, si le tocaba morder su blando fruto.

Lo que les cuento, una fiesta organizada sobre una montaña de piñas, donde eran rodeadas como presas de temporada, a la espera de ser desgranadas, para hacer al día siguiente o en esa misma noche “El Cochafisco”.
Aquella tarde de sábado fue de lo más divertida. Todo un descubrimiento de mi cultura y de la que disfrutaríamos, no solo por el placer de arrancar, de explotar hilera tras hilera, como si se tratara de una sábana de burbujas, de esas que se utilizan para proteger objetos en los transportes, si no que además, aquel fruto deshojado, daría un nuevo sabor, a mis primeros años de vida.
Puede que “El Cochafisco” sea un alimento olvidado, no lo sé. Confieso, que desde que empecé a usar sujetador, jamás he vuelto a probarlo.
A raíz de esta ocurrencia mía, la de hablarles de este plato, he descubierto varias cosas. Hay un programa de radio en “Radio Tinamar” que se llama “El Cochafisco”, donde se habla de arte y cultura. En la Villa de Ingenio en Gran Canaria, (no sé de quién fue la idea, pero desde aquí le felicito) existe una calle que se llama C/Cochafisco. Y para mi sorpresa, un grupo de Scout de Las Palmas han decidido bautizarse con el nombre de éste alimento, que se prepara de forma salada.

Me alegra mucho saber, que no está tan moribunda la memoria de los míos como yo pensaba.  Es agradable saber, que todavía queda gente en los pueblos y fuera de ellos, que se reune en torno al fuego, para tostar granos amarillos, con un fondo de aceite y granos de sal. Granos que como te descuides en la cantidad, escriben su nombre, en tu paladar.


Mar Benítez

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