Humilde en la vida , grandioso en el escenario. Supo como nadie acariciar las cuerdas y curvas de su amante, la guitarra, esa de la que un día diría: "La guitarra, una hija de la gran puta, eso es lo que's pa' mí -ríe y a continuación se pone serio-. Me come el coco. Es un instrumento muy difícil, de verdad"
La vida y sus experiencias lo llenaban y era ese el material que hacia que la guitarra sonara como sonaba. Muchos lo definieron como mago, dios, genio, virtuoso, y un largo etc, que dejaba a un lado para disfrutar de lo que mas placer le daba, la familia.
Una figura irrepetible, que hemos tenido la suerte de conocer y compartir este periodo del siglo XX y XXI, no todo el mundo tiene esa suerte.
Renovador del flamenco, maestro para muchas generaciones, figura donde reflejarse los nuevos guitarristas y un clásico que , junto con Camarón, forman parte del Universo de los dioses del arte mundial.
D.E.P.
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