domingo, 9 de octubre de 2011

Ellos

Los borrachos de mi calle, despiertan a los vecinos con sus distorsionadas voces, clamando atención. Son ellos, los que  proclaman verdades verdaderas.
Los borrachos de mi calle, miden la acera queriendo componer lo descompuesto y sacando punta a lo que permanecía en silencio.
Los borrachos de  mi calle, sentados en asamblea, toman la calle reivindicando sus problemas, las luchas de los que le rodean.
 Los borrachos de mi calle son revolución mojada en alcohol, rebosada en dolor, empapada en mareos.
Los borrachos de mi calle, aspiran cada segundo de su embriaguez, antes que la lucidez recupere esa mente y ese cuerpo, que durante la semana, solo sabe sufrir.
Los borrachos de mi calle, son vecinos por momentos, en su deambular, han topado con el bar que hay frente a mi casa y lo han hecho su fortín. Pero ellos solo son fieles al liquido elemento, y pronto , abandonarán mi calle, en busca de nuevos oídos, nuevas mentes cerradas a la verdad.
Los borrachos serán de otra calle, de otros vecinos, de otras aceras, pero seguirán proclamando su verdad: "Que no estoy borracho, que digo la verdad, y eso les jode"

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