Charli, trabaja en una de las dos biblio-buses de Oxaca desde el año 20107. En la actualidad lee, cuenta y recoge cenizas.
Nada despreciable su trabajo. Eso si, me gustaría que me explicara lo de recoger cenizas.
Sus estudios, a lo que se dedicó con su cuerpo y su alma, fue básicamente a:
-“Hacerse pendejo” “Burlar el fin de quincena” y “Chiflar y comer pinal al mismo tiempo”
Nota a tener en cuenta: Preguntarle a Charli, qué clase de estudios son esos y dónde se pueden cursar. Parecen interesantes, y seguro que en España hay gente dispuestos a seguir esa línea.
Su filosofía es tan interesante como sus estudios:
“La religión es el opio del pueblo. Nosotros el mochis de los sacerdotes"
Hablando de creencias, centrémonos en las de índole política.
Sin lugar a dudas, han resultado ser todo un descubrimiento para mi persona. Con muchas posibilidades de ser añadidas a mi lista de nuevos propósitos para el año nuevo.
¡Digo más! ojala muchos de nuestros gobernantes, tuvieran esta insignia por bandera:
“Partido único de los Irresponsables”
Con esta contundente y reveladora frase, no me extraña que Charli, “Charli A secas para los amigos” sea una persona que goza de verdadera popularidad entre su feligreses.
Nota: ¡ojo! Cuando digo feligreses, no necesariamente, será una referencia religiosa. Lo dice la santa madre del diccionario de la Real Academia de la lengua Española, y esa, siempre va a misa.
Entre muchas de sus fantásticas e innumerables frases, destacaremos tres:
-Mi vida no se ha caracterizado por seguir mis sueños, mucho menos en alcanzarlos. Se ha caracterizado por la ardua tarea de evitar que mis pesadillas me localicen.
-Nunca se pele con un pendejo, si gana, no tiene merito. Si pierde, pues usted pasará a la historia como más pendejo que el otro.
-Me gusta el fútbol. Como pasto por disciplina. Mentir-oso por naturaleza. Me debato entre ser panda ó ser ogro. Viví unos años lejos de mi y casi tres punto veinticinco separado en el corazón de una mujer.
Estúpidamente sobrio. Normalmente cursi. Ronco de palabra y uso muletas en el corazón. Tomo café a la menor provocación. Ciego ante las evidencias. Viajo con pasaporte falso, identidad y país de origen ficticio. Colecciono cicatrices y decepciones.
Esta última, y lo digo totalmente en serio, es una reflexión ¡preciosa! La comentaremos en sucesivas ocasiones. O si le placen, dejen comentario en el espacio en blanco que encontraran al terminar el artículo. Gracias.
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Cuánta lógica aplastante encontramos en tan sabias palabras del maestro mexicano, vigía incansable de la ciudad donde se hace el mejor mole oaxaqueño del mundo, ¡ojito! Esto último, según Laura Esquivel, yo no lo he probado.
Si alguien se ha sentido ofendido, porque piensa que su mole es mejor que el de Oxaca, les ruego dejen sus protestas en el cuadrito blanco donde pone explícitamente…
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Entre sus múltiples actividades destacaremos sus favoritas:
-Domador de iguanas y de circunstancias, con un amiguete, Alonso Aguida Orihuela. Como actividad complementaria, pero algo así, de soslaye, sin darle mayor importancia, se dedica a fomentar entre los chicos/as la lectura.
Libros varios, juegos nuevos y de antaño
Cuentero de ida y vuelta, de corre ve y dile
De subir a las montañas con el bus a toda maquina
De prestar libros piratas– ¡Y no olvides que volveré la próxima semana!
¿De profesión? -Si señor reparto piedras con sabor a limón-
No lo digo yo, lo dice el cuento de letras altas,
Que entre brincos, macetas, abejas y trozos de avellana,
Se me pasa la mañana, narrándole a las ranas.
No más le digo, que he perdido la cabeza,
Al defender mi forataleza, que un mal día se rompió.
Pero no me importa, no hay pavor,
No tengo miedo, ni guardo rencor
¿Y sabe por qué? Porque tengo un Don.
Cuentero de ida y vuelta, de corre ve y dile
De subir a las montañas con el bus a toda maquina
De prestar libros piratas– ¡Y no olvides que volveré la próxima semana!
¿De profesión? -Si señor reparto piedras con sabor a limón-
No lo digo yo, lo dice el cuento de letras altas,
Que entre brincos, macetas, abejas y trozos de avellana,
Se me pasa la mañana, narrándole a las ranas.
No más le digo, que he perdido la cabeza,
Al defender mi forataleza, que un mal día se rompió.
Pero no me importa, no hay pavor,
No tengo miedo, ni guardo rencor
¿Y sabe por qué? Porque tengo un Don.
María del Mar Benítez
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