domingo, 26 de febrero de 2012

Entrevista en la distancia con Nelson Calderón

Arquitectura en la palabra

“Subiendo al cielo para hablar con San Pedro, bajando al infierno para entrevistarme con el diablo”…

Que somos un poco diablillas, puede ser, te aseguro que no llegamos a tanto. No te lo haremos pasar mal ¡palabra de piíllas!

Como lo prometido es deuda, aquí estamos, aun en la distancia, para entrevistarte como te habíamos prometido.

Para el que no lo sepa, la frase que da pie a esta entrevista, esta tomada de la web de nuestro protagonista, Nelson Calderón. Cuentero colombiano, (cuna de narradores) pero que ahorita, está afincado en España.

Cuando supimos de su intervención en el XXII Festival de Narración Oral Cuenta con Agüimes, nos apuntamos en la agenda, el asistir a la función de este muchacho desconocido para nosotras. No defraudó. Tiene energía, ganas por tomar la palabra y una habilidad especial, para meterse al público en su bolsillo.

Frases que resultaron especialmente atractivas, tiene muchas, destacamos tres: ¡Un guayo de niño! Aura de amor y Tapetitos de risa (mi preferida).

Dejó material de sobra, como para escribir cosas sobre su trabajo.



E.S: A ver, Nelson, explícanos como de 8 hermanos, tú fuiste el único que cuenta, con la tradición tan arraigada que tiene Colombia con la narrativa oral. ¿Qué fue lo que te llevo a ser tú el cuentero oficial de la familia ¿El amor por la palabra ó el “canelazo”?


N.C: A veces pienso que fue la ausencia de historias por parte de mis padres la que me empujó por el camino de la cuentería. Los pobres con tanta prole no tenían tiempo para contarnos historias. También creo que lo que me fue poco a poco metiendo en este mundo fueron las radionovelas, los festivales de mentirosos que se hacían en mi ciudad y que através de las ondas iban llenando mi cabeza de niño de oralidad.

E.S: ¿Qué es más difícil, una sesión para niños ó una para adultos? ¿Cuáles son las diferencias?

N.C: Pues la verdad es que disfruto mucho de ambas y no veo un grado de dificultad diferente entre una y otra. Siempre hay circunstancias que pueden hacer una función más placentera que otra pero hoy por hoy no considero que me genere más dificultad contar para niños que para adultos.

En cuanto a las diferencias están lógicamente las del repertorio aunque muchas veces algún cuento infantil se cuela en mis sesiones de adultos y la gran mayoría de las veces estos se apuntan a volver a ser niños. Otra cosa importante es que el público infantil es muy sincero, si no le gusta algo inmediatamente lo manifiesta y si le gusta te agradecen continuamente con su participación y al final te dan un abrazo y hasta un beso para decirte que se lo han pasado bien.

Como te dije anteriormente para mi es un verdadero placer narrar para ambos público y de hecho en las funciones infantil también estoy haciendo continuamente guiños al público más crecidito.

E.S: Impartes talleres, entre ellos hay uno que nos ha llamado especialmente la atención “Cuentos con mucho valor” que está diseñado específicamente para el público infantil. Según tu experiencia ¿Quién anda más necesitado de recibir este taller, los padres ó los hijos?

N.C: Siempre se dice que se han perdido muchos valores, yo he vivido esta época y no he vivido otras como para decir que es verdad, pero creo que hay algo de cierto y pienso que para remediar esto, al menos un poco, me parece importante inculcar buenos valores en los niños. Seguramente algunos padres pueden carecer de cierto tipo de valores y a veces con su comportamiento lo reflejan pero es difícil, aunque no imposible, actuar sobre esto. En mi caso prefiero trabajar estos talleres en los niños que además de aprender agradecerán el tiempo invertido en ellos.

E.S: Para contar una historia, es tan importante el lenguaje verbal como el corporal. El verbal, ya sabemos que lo alimentamos leyendo y escribiendo mucho .Pero y ¿el corporal? ¿Cómo enriquecemos la voz del cuerpo?

N.C: Dejándose llevar, fluyendo corporalmente. Pienso que cuando una persona libera el cuerpo también suelta la mente. Un ejercicio muy bueno para soltarse es bailar, pero no el típico 1, 2, 3, 1, 2, 3…con pasos sistematizados, no, mejor el dejarse llevar por la música, sentirla.

E.S: ¿Cualquier persona es apta para subirse al escenario y empezar a narrar?

N.C: Creo que toda persona puede subirse a narrar a un escenario pero lo importante es saber la calidad y profesionalidad con que lo hace. Siempre hay gente que tiene más aptitudes y otras que a base de trabajo logran hacer lo que quieren como para cualquier actividad o profesión.

Para subir a un escenario a narrar de manera profesional creo que hace falta aptitudes y mucho trabajo.

E.S: Tienes tres libros en el mercado, además de varias publicaciones en prensa. De los tres libros ¿Cual es tú bebe? ¿A quien quiere más papá?

N.C:Pues a mi hija Marinita que tiene un año y esta super sonriente y dando su primeros pasos.
Bueno pero hablando de lo literario quiero a todas mis publicaciones, porque son como los peldaños de una escalera y a cada nueva publicación voy viendo mi desarrollo como escritor. Aunque uno quiere mostrar más lo último, lo que tiene más evolucionado, también quiere a lo que hizo en un comienzo y que ya nunca puedes olvidar.


E.S: Cambiaste la arquitectura, las líneas, trazos, planos y proyectos que quizás te hubieran convertido en un afamado proyectista de edificios vistosos, por el arte de la palabra. ¿Como fue tu metamorfosis? ¿Se sufre mucho cuando haces algo que entra con calzador? Como fue tu caso.

N.C: Lo del cambio de profesión fue algo que con el tiempo empecé a ver muy claro. Antes de graduarme como arquitecto yo ya contaba cuentos hace años. Simplemente entendí que sería más feliz haciendo edificios de papel y palabras que de hormigón y metal.

E.S: Los cuentos largos ¿son peligrosos? O lo que es lo mismo, cuando notas (si lo notas) que el publico a dejado de estar mentalmente contigo en el escenario y se aburren ¿qué hay que hacer para recuperar el hilo conductor?

N.C: Una buena historia bien contada puede durar una función entera.
Un cuento corto puede ser más resultón pero puede no dar tiempo a degustar la historia, disfrutar sus matices y sus rincones. Es cierto que un cuento largo puede requerir más concentración pero es allí donde además de tener una buena historia entra en acción nuestras herramientas como narradores: las inflexiones de la voz, las pausas, la expresión corporal, los giros.

E.S: ¿Qué lugar, de los que hayas visitado con tus cuentos, te trae mejor recuerdo? Alguna anécdota divertida
N.C: Pues la verdad que narrar es algo que amo, y allí donde he estado siempre es un buen recuerdo. Los buenos recuerdos son la mayor riqueza que podemos tener y, por ejemplo, de Agüimes me voy lleno de tesoros.
En Perú me paso algo muy bonito y a la vez divertido cuando después de una función con 300 niños en un teatro, por lo menos 100 niños estaban haciendo fila para que les firmara autógrafos en las camisetas, los cuadernos y hasta las manos.

E.S: En qué punto estás de tu carrera cuentera y hasta dónde piensas llegar.

N.C: Creo que estoy en un buen momento de disfrute y de vivir nuevas experiencias cada día, crear y seguir creciendo. ¿A dónde llegaré? No lo sé, la verdad que lo que quisiera es poder seguir viviendo toda mi vida de contar y de escribir historia.

E.S: Soñar despierto o dormido ¿cual es la situación idónea para un cuentero?

N.C: Ambas.

E.S: ¿Con qué palabra no empezarías un cuento?
N.C: Con ninguna, cualquier palabra puede ser valida dependiendo de la historia.

E.S: Necesita el ser humano los cuentos ¿para qué?

N.C: Para aprender, para volar con la imaginación, para divertirse, para seguir siendo humanos.


Si quieres conocer más sobre este cuentero puedes visitar su web: http://www.nelson-calderon.com/

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