sábado, 23 de febrero de 2013

azul

La mañana que mi abuelo descorrió las cortinas y nombró a dios en vano, yo cumplía 15 años. Desde pequeña , las vacaciones en casa de mis abuelos habían sido especiales. En la ciudad gris, me aburría, las clases eran grises, la comida , la gente, los coches, el cielo , todo lo embadurnaba un color gris que, aunque serio y necesario para la vida en la ciudad, me volvía melancólica, triste. Para una niña, de apenas 14 años, era un presente nada, nada prometedor, así que cuando podía y mis padres tenían un hueco para ser conscientes que tenían una hija, les pedía pasar una temporada con mis abuelos. Hans y Katherine emigrantes suecos , que llegaron al país justo cuando la recuperación industrial hacia atractivo al continente,vivían en la periferia de la ciudad, allá donde no llegaba lo grisáceo de lo cotidiano. Cuando mi abuela tuvo a su primera hija, Josseline mi madre, le dijo a mi abuelo , en baja voz, casi susurrando: " No es lugar para una familia". Mi abuelo, que es muy inteligente y estaba muy enamorado, comprendió que Kathe no le daría mas hijos, si seguía viviendo en la ciudad gris. Se marchó durante tres semanas, con sus días, noches y tardes. Kathe, triste y angustiada, miraba por la podrida ventana, buscando a Hans, observando a cada hombre que corría en la calle, que se paraba o simplemente, miraba al cielo. Hasta que un día, Hans, se presentó con una sonrisa de oreja a oreja y una bolsa. Tras los besos y caricias de rigor, Hans ,tomó a Kathe de la mano y la atrajo hacia la mesa y en una penumbra casi sospechosa, vertió el contenido de aquella minúscula bolsa sobre la madera gris. De repente,  la habitación se llenó de una gama de  azules  alegres. Kathe  cerró las contraventanas y corrió las cortinas, toda precaución era poca, no podían exponerse a que alguien viera esos  colores. Ambos se quedaron mirando con un brillo extraño en sus ojos.  " Aquí seremos una familia. Lejos del gris. Está a mas de tres días de camino, pero el sol sale todos los días y el azul lo inunda todo." dijo Hans, entre sollozos. Kathe abrazaba a su hija, sin poder creerse que por fin tendría el futuro que anhelaba para su familia. Una noche cualquiera, los  Addoc dejaron su pasado tras  la puerta mugrienta y gris de su cutre habitáculo marital, sabiendo que sería la ultima vez que verían el gris adornando cada uno de los instante de su vida.
El futuro que deseaban apareció tras tres días de caminatas nocturnas, escondites mugrientos e insanos,sin apenas comida. El pecho de Kathe no segregaba comida para Josseline.  Hans cansado de no ver acercarse el paraíso que deseaba, lloraba escondido tras las mantas, a medio roer, que eran su única herencia. Pero un día, cuando mas exhaustos estaban, a punto de rendirse y dejarse contagiar por el gris aterrador, un ligero calor les despertó. Se miraron y cuando el abuelo Hans movió la telucha que hacía de puerta, la luz azul inundó la mirada de la familia Addoc. Habían llegado.
Mi abuela siempre me ha contado, que cuando pudo salir de aquel agujero inmundo en el que se había escondido , y el azul la rodeaba, se quedó por un instante ciega. Lloraba, lloraba porque no podía ver lo que tanto tiempo llevaban buscando.
Recuerda que el cielo era de un azul intenso, cálido. Los árboles desprendían un olor a frangancias que le recordaba a su Suecia natal y  los habían de todas las gamas de azules. El aire era limpio y el sol, lo poco que no era azul, calentaba la tierra  haciendo que aquello que acababan de descubrir fuera el paraíso.
Mis abuelos Hans yKathe construyeron una vida y una familia durante años. Hoy, cuando cumplo 15 años, agradezco a mis abuelos  aquella aventura  que corrieron en busca del color. Siento que las cosas que nos hacen sentir bien vienen envueltas en diferentes colores, el mio es el azul, no pierdan el suyo.
Feliz día azul.

©Lola Tabernas


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