miércoles, 3 de julio de 2013

Brutal

La vida tiene cosas muy buenas  de las que podemos disfrutar. No me quedo corta si digo que una buena noche de teatro, está entre ellas. A veces una recomendación , según de quien venga, puede ser mas que un regalo, un dardo envenenado, pero, en esta ocasión , ha sido una invitación a disfrutar de algo brutal.
Pude ver, en su penúltima noche en el Teatro Español de Madrid, la obra de Mario Vargas Llosa, La Chunga. Podría decir muchas cosas, hartarme de piropearla, sacarle el jugo al espectáculo y hablar de tecnicismo, pero soy mas de sacarme las tripas y enseñarlas. Soy mas de expresar la cantidad de sentimientos que pasaron por mis poros y, se encajaron en mi cuenca lagrimal y estómago. Decir que jamas había sentido la brutalidad en un teatro, fuera de contexto, no tendría sentido, pero eso fue lo que sentí el pasado sábado, cuando La Chunga, esa mujer atormentada, dolida por la vida, enclaustrada en cualquier rincón olvidado del mundo, salió a escena. Dolor, pasión, frustración, incertidumbre, hombría, dudas, morbo y mucha, mucha sensualidad y calidad, hacen de esta obra de teatro algo único e imprescindible.
Josefino (Asier Etxeandia)
Sus protagonistas hacen de ella, lo que es, un crisol de personalidades , tormentos y posiciones en el mundo que se unen en un rincón, como decíamos , olvidado del mundo. Entre todos destaca él, Josefino, un Asier Etxeandia que se come  a los demás personajes, haciendo que los ojos del espectador necesiten y odien su presencia en el escenario. Josefino es un animal de personaje, tan fuerte es su presencia y lo que nos hace sentir ,que anula al resto. Por momentos, la obra debería llamarse El Chungo, porque todo gira a su alrededor. Es fuerte, varonil, arrollador, acaparador, temperamental, abusador, destructor... brutal. El trabajo actoral de Asier Etxeandia hace mas grande su figura y lo encumbra, como uno de los actores mas camaleónicos del panorama teatral español. Visceral, agotador, exhaustivo, Asier recorre hasta explotar el personaje, dándole su correcta dimensión, sin exagerar, sin acortar, es Josefino, lo borda, lo domina. Es una gozada poder contemplarlo y que sea él, con su trabajo, quien te haga viajar por diferentes estados de ánimo, sin moverte de la butaca.
Pero La Chunga tiene una protagonista femenina, que aunque tuvo una correcta , a veces brillante , actuación, debo señalar, que por momentos no conectaba con el espectador, por lo menos conmigo. Instantes exagerada,  débil otros, Aitana no supo , según mi criterio, cogerle el punto al personaje. Se desdibujaba, se difuminaba y volvía a coger el hilo, con momentos brillantes , únicos.  Me dio la impresión que era muy joven para el papel, o lo peor, que era muy pija para creerme el personaje. No sé lo que era, pero no cuadraba. En conjunto, la obra es brutal, sensual. Mucha de la culpa la tiene una joven actriz que ya la había visto en De Ratones y Hombres de John Steinbeck, que también se representó en el Teatro Español y vino de gira al Cuyas en la capital gran canaria. Hablo de Irene Escolar  una promesa ,que se ha convertido en una realidad dentro del panorama teatral español.
Meche (Irene Escolar)
Presente en las grandes producciones, sus interpretaciones siempre han sido muy bien valoradas por la critica y, debo decir, que estoy de acuerdo con las mismas. Emana dulzura, sensualidad, sencillez, naturalidad. Es una gozada verla interpretar  , porque el texto sale con tal naturalidad que, parece que ha nacido para ser la Meche.
El éxito de La Chunga, no solo es un texto cuidado, brutal y bien escrito , sino la capacidad que tienen estos actores de hacernos visible el mundo de La Chunga y los Inconquistables.
Estos últimos , un grupo de palmeros que acompañan las idas y venidas de Josefino y que conforman el universo de La Chunga, son la parte floja del espectáculo, apenas dan cuerpo a la trama  y son bastantes sosos. Su presencia en el escenario, a veces no es justificable, a excepción de uno de ellos que es el desencadenante, en pequeña medida,  del trio amoroso Josefino, Meche, La Chunga. Histriónico, revoltoso, Tomas Pozzi,  hace que nos desquiciemos con el relato de los acontecimientos, que no sepamos qué es realidad, qué es historia. Genial.
En resumen, la sensación con la que sales es la de brutal.
Brutal el silencio de los espectadores que ante tal violencia descarnada, enmudece por sentir igual que La Chunga, por rugir como ella ruge.
Brutal por las interpretaciones , porque te llevan, te lo crees, lo sientes, lo ves.
Brutal por el texto de Mario Vargas Llosa, sencillo y demoledor, retrata muy bien los sentimientos, devaneos y bajos fondos del ser humano.
Brutal  es un piropo a algo que no se pueden perder.

©ElSecreter

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