No puedo negar que , aparte de cinéfila, soy mitómana empedernida. Lo bueno de los mitos es que desconoces su vida privada y , mas a los del cine de hace años, cuyas vidas llegaban sesgadas en datos y verdades a los espectadores. Nos dejaba este pasado 15 de diciembre una de las mujeres mas bellas y elegantes del cine americano, Joan Fontaine. Cuando has visto Rebeca doscientas veces y Sospecha, otras tantas, sigues al mito , al halo de la época del mejor cine americano, no te importa lo bueno o mala actriz que pudiera ser.
Hoy en día, no sé si decir, gracias adiós, es diferente, analizamos lo que queremos ver y no tragamos porque si, cualquier película por estar protagonizada por fulanito/a de tal.
Joan Fontaine es una de esas actrices que la conoces porque tu madre ,tía, amiga de cierta edad, enganchadas a Rebeca, te comentan ,ante un anuncio de reposición , lo buena que es la película y sin querer, acabas viéndola. Lo confieso, me enamoré de Rebeca, de Manderley ,incluso de la extraña Sra. Danvers, un personaje que , aun hoy en día, da mucho que hablar.
Estas grandes películas, poseen ese titulo por lo que insinúan, mas que por lo que muestran. Ese doble lenguaje en una época plagada de censuras y tabúes. La grandeza de Rebeca se basa en un clima sencillo, sin artilugios fantasmagóricos, que nos hacen sentir la presión que sentía su protagonista y el ambiente lúgubre y terrorífico del propio Manderley.
Joan Fontaine, a veces sobreactuada, por momentos dulce y aniñada, nos conduce por un argumento sencillo: ser la segunda mujer. La magia de Rebeca está conseguida , como no, por sus protagonistas: Sir Laurence Oliver, Judith Anderson y Joan Fontaine.
Fuera de los focos y los escenarios, Joan de Beauvoir de Havilland, su verdadero nombre, protagonizaba otro argumento de suspense y odio. Hermana de otra de las grandes, Olivia de Havilland, vivieron una enemista que duraría mas de 38 años. Acusaciones, insultos, desaires en publico, la relación de las hermanas de Havilland, podría haber formado parte de cualquier vodevil barato o de cualquier folletín de los de antes.
Grandes estrellas con grandes fracasos personales . Grandes estrellas que se transformaban en seres sin piedad fuera de la mirada de los demás. A veces, no es bueno saber todo de estrellas que admiras, porque tarde o temprano, te das cuenta que son personas.
Aun así, los momentos vividos, las lágrimas vertidas, el suspense sentido, son cosas de agradecer.
Hasta siempre, Rebeca, seguiremos soñando con volver a Manderley...
No hay comentarios:
Publicar un comentario