"Por obra indescifrable de un decreto
divino, te buscamos vanamente;
mas remoto que el Ganges y el poniente,
tuya es la soledad, tuyo el secreto."
Jorge Luis Borges
Se llamaba Gunther pero debió llamarse Oso o , Negro. Su abuela se dio cuenta y le acriolló el nombre: le decía Gunterio. Quién sabe cómo lo llaman ahora. Era obediente leal y agradecido porque ese fue su destino: el de hijo, nieto y bisnieto de militares(distinto es el caso de otros, criados o malcriados con el terror al autoritarismo y a las ordenes.Muy al pesar del linaje y la estirpe, le encantaba el merengue. Y se apoyaba en el alféizar de aquella ventana y ladraba con tanta fuerza a quienquiera que pasara. Alejo y otros le tuvieron miedo; él lo amó y protegió con la vida, aunque no lo supiéramos. Jamás hubiera permitido que lo lastimaran. Cometió el error-mas de una vez- de seguir sus instintos, y de tener tanta fuerza y tal tamaño.
Ahora vive en el exilio ,con otros perros y otros dueños. ¿Qué será de nuestras vidas, viviéndolas lejos de Gunterio.
E. Dickinson
*Texto presentado al II Certamen Literario El Secreter
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