domingo, 7 de octubre de 2012

Con los platos abiertos. . .


Foto: cerámicadegallosyflores.blogspot.com
         Escudillas

Ni taza de desayuno, ni vol, ni taza de café con leche. La taza que nos acompaña por las mañanas, para los más comelones hasta por la tarde noche, la llamamos "Escudilla".

Tan importante es esta taza en la cultura canaria, que hasta existe una rotonda (en el municipio gran canario de Telde) con  una serie de "Escudillas" a modo de cinturón.

No es que las "Escudillas" estén hechas de fina porcelana china, tampoco es una exclusividad de altas sociedades, pero por estos lares, es tan significativo darse un atracón de pan de puño empapado en leche de cabra, mientras la mano derecha sujeta la pala (cuchara sopera más grande de lo normal) el pan con leche que circula gaznate abajo, y con la otra mano, con la izquierda, sujetamos un buen trozo de queso, de los que te dejan el paladar con los cueros colgando de puro picor, que nos resulta muy difícil cambiar este manjar, por un tazón de copos de cereales con miel.

Son las "Escudillas" otro de los placeres de los que se disfrutan cuando amaneces en ése lado del Atlántico.

Esa "Escudilla" de talle ancho, con cenefas en flores, con el blanco como telón de fondo, rosas, azules y celestes en el resto de su diámetro, es parte muy importante en el ajuar de una casa recién estrenada. Si en el hogar no hay "Escudilla" la vivienda queda coja.

Que me perdonen los del mediterráneo, pero para mi modesto entender, no hay desayunos en otros litorales que pudieran superar, a los que son servidos en estos profundos recipientes, donde hasta Cervantes se encargó colocar dentro de la vida del hidalgo caballero, calentándole de esta manera, el estomago mal herido, del locuelo Señor De La Mancha.

Mar Benítez

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