Hubo un sueño boreal, en dónde mis ojos se confundían con un antiguo Mar de Lágrimas. Había un pequeño Sol con agujas de reloj que proyectaba luz en mis labios sumergidos al borde del horizonte.Los vértices de mis cabellos hacían carreras con los caballitos de mar y enroscaban sus tentáculos en las conchas del fondo.
Durante una noche, del Cielo cayeron todas las Estrellas, formando así pueblos abisales, al mismo tiempo que los cráteres de la Luna eran altavoces de música, y con sus canciones nocturnas arqueaban olas musicales al ritmo de mi corazón sobre la superficie.
Nadaba mi rostro entre peces de orejas, que escuchaban al núcleo de la Tierra cerebral y mis mejillas flotaban encima de palabras con cejas, para llegar hasta la orilla de una inmensa lengua, pues allí quería fundir la mía…
Hundir mis dientes en su arena... Y besar sus piedras, para que creciesen alas de mariposas en sus grises existencias.
Y respirar a través de una caracola el aire vivo y azul, mientras algunas nubes con letras negras escritas, relataban historias de sueños sobre mi cabeza, como este despertar.
* Perteneciente a Antes de que finalizara el calendario Maya en 2012, Carolina escribió:
Carol Castellano Fábregas
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