Podrías disfrazarte de cartero ligero,
luego tocar una mañana en el telefonillo de mi casa, vestido tan sólo con una gorra de correos y un bolso de cartas eróticas…
Sería la mejor forma de desearme los buenos días con buenas noticias.
Tendré que dividirme en cuatro para repartir mi cariño,
aunque casi siempre al final tiendo a decantarme por uno solo.
Pues ya lo dice el refrán: "el que mucho abarca, pocos le aprietan"
Debe ser que en el fondo, sufro una enfermedad llamada monogamia.
Son pocos casos en el mundo y no es tan letal como parece.
Carol Castellano Fábregas
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