jueves, 29 de septiembre de 2011

El Faycan de Víctor Doreste

Un poquito de literatura canaria, no le hace daño a nadie.
Es por ello que hoy, les contaré mi experiencia, con un perro llamado Faycan.
Le voy a mandar deberes. Hagan un poquito de trabajo enciclopédico y busquen el significado de este nombre de nobles aborígenes canarios.
La novela Faycan, supuso el éxito definitivo de Víctor Doreste. Escritor gran canario que empezó en el mundo del arte por la rama musical, terminando más unido a las letras de sus folios que a las notas de sus pentágramas.
A mí, esta novela, no es que me calara muy hondo. Tampoco es que me disgustara. No sé, me dejó un come si come ça, que dirían en Francia.
Habla del maltrato animal, en el 1900, aproximadamente.
Tampoco es que hayamos aprendido mucho. Eso si me ha llamado poderosamente la atención, seguimos siendo igual de puñeteros.
Está muy bien descrito, las formas y modales que se le propinaban a Faycan, perro protagonista de las aventuras y desventuras, junto con sus amigos de pandilla: Cicerón, Pluto (aquí si que fue poco original) Chicharro, Catalejo, Marquesa, Rebenque, Caifás, Linda y Nerón.
Consigue que se nos escape la lagrimilla por el carrillo para abajo.
Y otra cosa muy bien descrita son los diferentes sentimientos de cada perro. Viviremos con Chicharro, sentimientos de emigrantes. Con las féminas, viviremos la maternidad mal entendida, y muchos sentimientos machistas, amores no correspondidos…
Historias dulces y terribles a la vez. Tratando, por otro lado y con mucho ímpetu, la valentía del aborigen canario, la canariedad y todo lo que signifique ser de esta familia de origen Beréber.
Eso está muy bien pero, yo me pregunto una cosa:
Si tanto quiere dar en alabanzas a esta, nuestra tierra y nuestra raza ¿Por qué le ha dado diálogos a los perros al más puro estilo peninsular? Vosotros, si os vais no volváis, que hacéis…
Hay algo que no me cuadra en la gramática de este libro.
Si alguien sabe la respuesta, nada me gustará más que saberla.
Echemos pelillos a la mar.
Además del mensaje en contra del maltrato animal, en el prólogo hay un mensaje que a mí me parece estupendo y para que no me tomen por mentirosa, aquí se los dejo, cito textualmente:

"Este libro no tiene prólogo, pero sí umbral.
El prólogo ideal sería aquel que se escribiera sin conocer el libro. Si al leer una novela se nos ocurren cierto juicios, ¿por que adelantarnos? ¿Constituyen acaso un prólogo o son en realidad un epilogo? No pongamos la veleta en el sótano← (Esta frase es buenísima)
El prólogo debía escribirlo nuestro mejor amigo. Yo le he buscado, pero…no sabe escribir. Por el contrario, mis amigos escriben tan bien que harían desmerecer mi prosa. Y esta es la razón de que este libro nazca desamparado, sin trompetas ni amicales clarinadas, sin padrinazgo bautismal, enteco y ladrado, como la luna."

Precioso, le dedicó el prólogo a su perro. Su mejor amigo que no sabe escribir.
Si yo fuera perro, no me importaría tener un amo que me quiere tanto que me dibuja en sus libros.


María del Mar Benítez

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