Conversaciones Españolas de Camilo José Cela, es un libro que a día de hoy , nos parece una joya. Por múltiples razones: por entrevistar a personajes de la cultura española que han desaparecido; por el tono de la entrevista que roza la intimidad y a veces el surrealismo; por ser quizá las ultimas palabras del personaje y que cobran , hoy en día, mucha importancia.
D. Camilo, fotografía a cada invitado como un mero espectador, a veces participante otras solo boayer.
EL Secreter, enamorado del material que nos ofrece Conversaciones Españolas, quiere compartir con todos los que nos visitan extractos de esas entrevistas . La entrevista que inaugura el libro, es a uno de los poetas españoles, injustamente olvidado, pero con una calidad extrema: Manuel Machado.
Camilo José Cela entrevista a D. Manuel Machado, tres años antes de su muerte, acaeciada en 1947.
" Don Manuel alza la cabeza y se calla. Se le adivina evocar aquellos instantes que ahora han venido a su recuerdo.
-¿Cuál cree usted el más grande poeta?
-Sin discusión alguna, mi hermano Antonio. Él está fuera de toda comparación, es de un orden diferente. Yo creo que es el más grande poeta de todos los tiempos…
A don Manuel se le nubla la voz en las últimas palabras.
-No puedo hablar de él sin que se me humedezcan los ojos… Me acuerdo que una vez en el Ateneo, leyendo unas poesías suyas, empecé por decir que las juzgaba excepcionales. Cuando anuncié que iba a leer una poesía titulada Las moscas, una risita corrió por toda la sala, que estaba de bote en bote. Yo no me preocupé, porque sabía lo que había de pasar. Cuando llegué a aquellos versos que dicen:
Yo sé que os habéis posado
Sobre el librote cerrado,
Sobre el juguete encantado,
Sobre la carta de amor,
Sobre los párpados yertos
De los muertos.
Cuando llegué a estos versos, le decía, fue el delirio, la explosión.
-¿Y su escribir, don Manuel?
- Mi escribir es no escribir. En mí se van dando las cosas naturalmente, con un proceso casi siempre largo y, a veces, dolorosas; no soy fecundo ni fácil. Trabajo lentamente, pero con seguridad; jamás corrijo, e inmediatamente de poner punto a un poema lo comienzo a detestar. Para mí no hay nada tan doloroso como corregir pruebas, como tener que volver a la fuerza sobre lo que acaba de ser parido. (...)
Don Manuel Machado, nuestro extraordinario poeta don Manuel Machado, abre el silencio con una nueva tos y nuevo cigarrillo. En la calle se vocean ya los periódicos de la tarde, estos periódicos de los que, durante hora y media, nos habíamos olvidado; esas páginas que continúan implacablemente hablándonos de horrores… De ese suicidio colectivo de la enloquecida humanidad. ...
En su cuarto, ante el mirador, a la camilla aún en abril con fuego... Arriba, 18 de abril de 1944."
No hay comentarios:
Publicar un comentario