martes, 15 de noviembre de 2011

En la punta de la lengua

Boliches o cánicas
Boliche
Así me llamaba mi mamá cuando yo era un retaco…”retaco” otra palabra por descubrir.
Pero resulta que buscando por aquí y por allá, me encuentro con que, boliche, es algo más que una bola pequeña de cristal con la que competíamos en la calle, para saber quién era el mejor lanzándolas con el dedo gordo de la mano.
El juego del boliche, se podría comparar con la petanca, pero en miniatura, claro está.
Algo tan pequeñito y que dio y da tanto juego a los niño/as, que todavía pueden seguir jugando en las calles sin temor alguno.
Parece ser que, boliche, también es un adorno de forma esférica, que se utiliza para rematar la parte más puntiaguda de algunos muebles.Pescado pequeño, el boliche es un pescado pequeño. Al mismo tiempo que, en Puerto Rico se le denomina boliche al tabaco malo. Aquí a eso lo llamamos picadura.
En toda Latinoamérica, se le llaman boliches a las tiendas de baratijas. Y En la Argentina querida y en la bonita Bolivia, a las nuevas discotecas o lugares de entretenimiento.
Pero asimismo, en este último país, podemos encontrar esta palabra como referencia a las ciudades del país ¡Todas son boliches!
                
-¡Pive! que hay un nuevo boliche dos cuadras más abajo. Donde lo del señor Eustaquio.

-Que bueno che, andáte y poneté bien limpito que nos vamos de feriado.

En la Colombia verde que te quiero verde, es un lugar donde las mujeres de dudosa reputación, realizan su dudoso trabajo. Que eso no quita que no sean buenas trabajadoras.

Guatemala y México, es un lugar donde se van a jugar con una bola sobre una pista de madera.
En la patria chica del canario, Venezuela, un boliche es un hinchazón que se produce a raíz de un golpe.En la España, tierra que mamé, cuando decimos “boliche” es una bola de madera o hueso, que se compone de un palo, donde el jugador tiene que tener la habilidad suficiente como para introducir la bola en el palo. En fin, un rollo de juego.
Yo sin embargo, tengo otro uso para el boliche.
Mi mayor ilusión era, hacerles un agujero con un taladro y sacar aquella lengua de color, que tanto me provocaba cuando rodaba por el suelo.

-¿Será viscosa? ¿Tal vez de cartón? ¿O por lo contrario es una masilla de plastilina?
Coraje me da no haber averiguado qué demonios lleva el boliche en su cabeza rodante.


María del Mar Benítez

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